Acabamos de estrenar año y con él los propósitos de año nuevo, uno muy habitual es cuidar nuestra alimentación y tener hábitos más saludables. Aprovecha el 2018 para cambiar de mentalidad y haz que tus propósitos perduren en el tiempo.
Para conseguir un estilo de vida más saludable, no solo es necesario llevar un buen plan de alimentación también es importante habituarse a hacer ejercicio. Vivimos en la sociedad de la inmediatez pero en este caso, es imposible que el cambio sea rápido, ya que quizás, sí conseguiremos cambiar pero esos cambios se esfumarán tan rápido como han llegado. Por ello es necesario un cambio de mentalidad y tener paciencia y fuerza de voluntad. Comienza ya a cuidar tu alimentación con estos sencillos consejos:
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La importancia del desayuno
El desayuno es una de las comidas más importantes del día, con él rompes el ayuno nocturno y te cargas de energía para poder afrontar la mañana y no caer en el temido picoteo. Un desayuno completo debe incluir lácteos, fruta y cereales.
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Come de forma variada
Una dieta que prohibe ciertos alimentos solo conseguirá que aumente tu ansiedad por ellos, y te canses rápidamente de ella, provocando el temido efecto yo-yo. Come de forma equilibrada pero siempre en cantidades moderadas. Un truco es utilizar un plato más pequeño.
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No te saltes comidas
Lo mejor sería comer cinco veces al día para mantener tus niveles de glucosa y no llegar a las comidas principales con demasiada hambre. En el almuerzo y la merienda decántate por tentenpiés ligeros, una fruta o un yogur serían buenas opciones.
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Evitas los fritos
Decántate por cocinar tus alimentos al horno, al vapor, a la plancha o hervidos. Así evitaremos aportar calorías innecesarias a nuestros platos y reducir el consumo de grasa
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Comienza a consumir alimentos crudos
Así conservarás todos los nutrientes (proteínas, hidratos de carbono y lípidos) y micronutrientes (vitaminas y minerales), los cuales se pierden durante el cocinado de los alimentos. Si comienzas tus comidas con un alimento crudo asimilarás mejor todo el conjunto.
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Evita las grasas saturadas
Las grasas son fundamentales para el organismo y no necesariamente son malas para la salud. Pero hay que distinguir entre grasas buenas (insaturadas) y grasas malas (saturadas). Las grasas saturadas contribuyen al aumento del colesterol y hacer que nuestro cuerpo tenga más posibilidades de padecer infartos o anginas de pecho. Debemos moderar el consumo de embutidos, nata, mantequilla y productos de panadería y pastelería industrial.
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Hidrátate
Es muy importante que tu cuerpo se mantenga hidratado para que todas sus funciones trabajen a la perfección y facilitar la eliminación de toxinas. Por ello, bebe al menos dos litros de agua al día y aumenta su consumo a la hora de hacer deporte o si hace mucho calor.
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Reduce el consumo de sal
El sodio es necesario para el buen funcionamiento del cuerpo pero en exceso puede provocar un aumento de la presión arterial y otras enfermedades. Evita los alimentos enlatados y los embutidos así como las especias preparadas. Una opción saludable sería utilizar hierbas frescas para aderezar nuestros platos y darles un toque de sabor.
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El café si pero con moderación
Reduce su consumo a dos o tres tazas diarias, ya que un exceso de cafeína está directamente relacionado con problemas para conciliar el sueño y la irritabilidad.
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Actívate
Además de cuidar la alimentación es muy importante mantener nuestro cuerpo activo, no es necesario matarse en el gimnasio, habitúate a caminar tres veces a la semana y notarás un cambio en tu cuerpo. La actividad física ayuda a sentrise mejor, reduce el estrés la ansiedad y la depresión. Mejora tu musculatura y articulaciones además de beneficiar a tu corazón, sistema cardiovascular y presión arterial.
Pon en práctica estos consejos y se paciente, tu cuerpo te lo agradecerá y contribuirás a tener una mejor calidad de vida. Recuerda no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.